Cuando el formato MP3 explotó en popularidad a fines de la década de 1990, la industria de la música tradicional se mostró reacia a convertirse en digital, por temor a que la piratería redujera los ingresos. Los hábitos de compra de los consumidores obligaron a cambiar la industria discográfica, ya que los reproductores MP3 y los teléfonos inteligentes se convirtieron en la principal forma de descubrir y adquirir música.
Medios físicos frente a medios digitales
El reproductor MP3 ha acelerado el declive de los medios físicos, como los discos y CD comprados en tiendas. Los consumidores ahora compran su música digitalmente para poder escucharla en sus computadoras y reproductores MP3. Desde 2011, los ingresos por la venta de música digital han superado a los de las ventas de CD y otros medios físicos. Esta no es una mala noticia para la industria, ya que los costos de distribución de las pistas de música digital son mucho menores, lo que hace que la empresa sea mucho más rentable, y el aumento en las compras de música digital está permitiendo que la industria en su conjunto vuelva a crecer.
Piratería
Si bien la tradición de intercambiar música ha existido desde los días de las cintas de vinilo y cassette, la música digital hizo que la piratería fuera mucho más conveniente y anónima de lo que había sido anteriormente. Las redes de intercambio de archivos permiten a los usuarios de Internet intercambiar música digital fácilmente con cualquier persona del mundo. Es completamente legal hacer una copia MP3 de un CD de su propiedad, pero no es legal compartir esos archivos con otras personas. La Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos afirma que la piratería le cuesta a la industria millones por año.
Ventas de álbumes
Cuando la música solo estaba disponible en medios físicos como discos, casetes y CD, había un mayor enfoque en el álbum que en la canción individual. Las ventas de música digital se basan más en sencillos y los consumidores pueden elegir qué canciones les gustan sin tener que comprar el álbum completo. Por lo tanto, los ingresos por ventas de singles de música digital representan un porcentaje mucho mayor de las ventas totales de música digital en comparación con las ventas de singles en medios físicos.
Suscripciones
Antes del advenimiento de la música digital, los servicios de suscripción de música como BMG y Columbia House permitían a los oyentes comprar la música que les gustaba al brindarles a los consumidores la oportunidad de comprar varios CD con un descuento y luego aceptar comprar una cantidad determinada de álbumes durante un período de tiempo a precio completo. Este modelo comercial alcanzó su punto máximo a mediados de la década de 1990, y los servicios de suscripción representaron más del 15 por ciento de todas las ventas de CD. Hoy en día, los sucesores espirituales de dichos servicios de suscripción son servicios en línea como Spotify, Slacker Radio y Rhapsody. En lugar de un truco para que compre desde el principio, estos sitios brindan acceso a todo su catálogo de música a un precio mensual fijo.