Los punteros láser están disponibles en una amplia variedad de formas y tamaños, y se utilizan normalmente como ayudas para presentaciones comerciales, juguetes novedosos e instrumentación científica. La tecnología utilizada en la fabricación de punteros láser ha mejorado en los últimos años, dando como resultado dispositivos significativamente más potentes. Sin embargo, con estas piezas más fuertes, existe un mayor potencial de daño por abuso o uso indebido. Los gobiernos han establecido sistemas de clasificación dentro de los cuales los fabricantes deben colocar sus dispositivos, y con cada clase hay requisitos y restricciones específicos.
Generalidades del puntero láser
Según la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos, los punteros láser son dispositivos portátiles que emiten láseres con el fin de llamar la atención sobre un objeto o ubicación en particular. Los punteros láser se utilizan comúnmente en varios entornos profesionales, así como por los consumidores promedio, con fines de entretenimiento y novedad. Estos dispositivos vienen en una amplia gama de formas y tamaños, con precios que varían mucho.
Riesgos de abuso / mal uso
La preocupación por los posibles efectos negativos de los punteros láser implica su abuso o mal uso, tanto intencional como accidental. Es especialmente preocupante el efecto que tiene un láser en el ojo humano si se produce una exposición directa al rayo. Los punteros láser potentes tienen el potencial de causar daños graves y permanentes al ojo humano, por lo que se debe tener especial cuidado al utilizar una herramienta de este tipo.
Clasificaciones de puntero láser
Los punteros láser están clasificados por la Administración de Alimentos y Medicamentos, una división del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., Según la potencia del láser en sí. Basado en un análisis que involucra varias mediciones como longitud de onda, potencia de salida, color y niveles de radiación, cada puntero láser se clasifica de acuerdo con el riesgo potencial máximo que representa para el público. La FDA proporciona criterios muy específicos para identificar y clasificar los punteros láser, y existen sanciones severas por etiquetar incorrectamente los láseres o usarlos de manera incompatible con los estándares aprobados.
Punteros láser de clase II
Los punteros láser de Clase II, u otros dispositivos que utilizan estos láseres, se consideran seguros para el uso del consumidor promedio y representan una pequeña amenaza para el ojo humano cuando se usan de manera responsable. Los ejemplos de láseres de Clase II incluyen productos industriales y de consumo, como punteros láser novedosos y lectores de códigos de barras. Si bien la exposición directa repetida o prolongada a la retina puede ser dañina, no se producirá ningún daño dramático o permanente si el rayo entra en contacto con un ojo humano. Tanto la FDA como la Agencia de Protección de la Salud de Gran Bretaña citan el instinto natural del cuerpo de mirar hacia otro lado o cerrar el ojo como una medida de protección adicional. Se espera que una breve exposición a un láser de Clase II no produzca ningún daño físico residual al cuerpo humano.
Punteros láser de clase IIIa
Los punteros láser de Clase IIIa superan las especificaciones máximas establecidas por la FDA para su inclusión en la Clase II, según la potencia de salida y la longitud de onda. Si bien es visualmente indistinguible cuando se usa correctamente, un puntero láser de Clase IIIa generalmente posee una mayor distancia efectiva, lo que hace que este dispositivo de fuerza sea necesario o apropiado para escalas grandes, como exhibiciones de marketing al aire libre o espectáculos de luces en estadios. Si bien el aumento de potencia de los láseres de Clase IIIa aún no presenta una alta probabilidad de daño inmediato o permanente al ojo humano, una desorientación visual temporal o una imagen retiniana residual puede resultar de la exposición.
Punteros láser de clase IIIb
Los punteros láser de clase IIIb son significativamente más potentes que los dispositivos IIIb y, por lo general, están prohibidos para el uso general del consumidor. Estos láseres se encuentran típicamente solo en entornos científicos u otros entornos industriales. El aumento de potencia de salida y los niveles de radiación de los punteros láser de Clase IIIb presentan una posibilidad clara y probable de daño duradero al ojo humano, incluso cuando la exposición es momentánea y está limitada por los instintos naturales de aversión del cuerpo. Estos dispositivos deben estar debidamente etiquetados con una descripción clara de los peligros del mal uso y, como tales, no pueden comercializarse ni venderse como ayudas de presentación y demostración.